La psico no toma notas
no graba no registra mis palabras
más que en su cabeza
–libra por las mañanas–
tiene una memoria prodigiosa
o es que oculta un micrófono
en alguna parte del despacho
de modo que en lugar de contarle mis penas
me pongo a mirar inquisitivamente alrededor
“¿Qué hace? “ me dice, un poco molesta
“No le tengo confianza”, le digo,
“No es posible que se acuerde perfectamente de lo que le he dicho hace seis meses, palabra por palabra”
“¿Por qué no?”
responde ella
entonces me pongo de pie y me marcho:
seguramente ha querido seducirme haciéndome creer
que posee una memoria prodigiosa
y yo no estoy para perder el tiempo con una histérica.
jueves, 27 de mayo de 2010
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8 comentarios:
Confianza, Histeria, porque cada vez tenemos menos paciencia para escuchar saborear palabras... y es que hay palabras que no dejan de rezumbár en tu mente, saludos!
jaja, me encanta tu sentido del humor, anádele a tu mal, neurótica, desconfiada.. pero yo hubiese hecho lo mismo..
Pero la psico cambia de piel con tanta frecuencia.....
Gracias por publicarlo Cristina!!!
Y gracias por tener un blog y regalar poemas. Es maravilloso.
Jajaja, la verdad que es medio sospechosa...
Saludos
QUE PLACER HABER ENCONTRADO ESTOS REDUCTOS DONDE EL LENGUAJE SE DESHACE Y ROMPE LOS ENCIERROS DEL SIGNIFICANTE. UN PLACER TAMBIEN ESTAR EN ERATO BAJO LA PIEL DEL DESEO, AL LADO DE UNA DE LAS "IMPRESCINDIBLES". LA INVITO A MIS MODESTOS JARDINES EN ESE OTRO REDUCTO DONDE LOS MONSTRUOS SABOREAN SUS PENAS.
En este poema, yo entiendo un poco de intransigencia. No sólo nuestro tiempo es valioso, también el que nos dedican los demás. Como estos pocos segundos que te dedico sin que tú responda.
Eres muy buena escribiendo, realmente buena.
Irene.
Cristina,soy una estudiante de Doctorado en Literatura Latinoamericana de la Universidad de Concepción,Chile, y estaré en Barcelona hasta el 06 de noviembre por una estadía de investigación en la Universidad Autónoma de Barcelona. Mi tesis trata sobre Clarice Lispector y tu obra, y quisiera saber si podrías concederme una entrevista. Sé cuánto te aburren las entrevistas, pero quizá pueda interesarte hablar de Lispector y por qué has sentido la necesidad de traducirla. Pero si quieres hablar de otro tema, por mi bien, por ejemplo, podríamos conversar sobre los animales, ya que ambas, Clarice y tú, sienten predilección por ellos, y yo también. Ojalá aceptes.
Afectuosamente, María Amanda Saldías
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