Habitaciones privadas

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miércoles, 20 de enero de 2010


NOCTURNO PLUVIOSO EN LA CIUDAD

De noche, bajo la lluvia

a lo largo de la avenida

la luz de una cabina telefónica

Un hombre llama ansiosamente

No hay tierra firme donde echarse a descansar

El hombre hace gestos con las manos

lejos un triángulo de luces amarillas

cómo resbala el agua en los costados

escaparates llenos de reflejos

el hombre dice: “Por favor, por favor”

un borracho junto a un árbol

Grandes rebajas

los autos pasan veloces:

si atropellaran a alguien no tendrían tiempo de detenerse

“Escúchame, por favor”, dice el hombre

dos muchachos fuman un poco de hierba

en los diarios de esta mañana leí algo acerca de una gran catástrofe

no sé si terremoto o bombardeo“Te quiero”, dice el hombre,

antropoide en la vidriera telefónica

cae la lluviaun travesti se pasea, pide fuego

los travestis siempre piden fuego y se pasean

el agua le moja la falda, le corre la pintura,

no se puede comprar cosméticos baratos,

murieron dos mil o veinte mil,

ya no recuerdo,

hay un cartel que destiñe con la lluvia:

“Compañero, tu muerte no será en vano”

(¿qué muerte no es en vano?)

Me gustaría saber adónde van las palomas con la lluvia

un locutor anuncia un detergente un bombardeo

“Escúchame”, dice el hombre,

se le acaban las monedas

Extraordinario show-sexy

Se ruega a las personas sensibles no asistir

Me dijeron que se trata de un caballo que fornica con mujeres

(la Sociedad Protectora de Animales protestó;

ninguna otra sociedad protestó)

es enorme la cantidad de personas no sensibles que hay,

según el cartel

Noches lluviosas donde cualquier suicidio es posible:

hasta el de una mariposa contra la ventana.

Del andén sale una música ambulante

el hombre no tiene más monedas

el travesti ligó

es increíble cómo en momentos decisivos algo nos falta

moneda o mirada

cigarrillo o mujer

a lo mejor se trataba de una inauguración, no sé bien,

o quizás era el destripador de alguna ciudad inglesa

Se queda un instante indeciso en la cabina

registra a fondo los bolsillos

(¿extraerá una pistola o un cigarrillo?)

“Vecchio, basso”, canta Mina en el amplificador

Una estrella de cine se consagró

un zapatero mató a su mujer

un padre a su hija

alguien bombardeó una ciudad

El hombre no encontró una moneda y se puso a caminar bajo la lluvia.



Cristina Peri Rossi


De: Europa bajo la lluvia, 1987

3 comentarios:

luismi dijo...

gracias por escribir

Anónimo dijo...

alguien entra en la cabina y huele a perfume de hombre y a sudor, mira el suelo y ve una moneda.

Qué suerte-piensa

Ico dijo...

marvelleux, espléndido me enamoré de ti hace veinte años y te he vuelto a reencontrar en los poemas...